Título: "Harry Potter y el legado maldito".
Título original: "Harry Potter and the Cursed Child".
Autores: Jack Thorne, J. K. Rowling; John Tiffany.
Páginas: 333.
Diecinueve años después... la octava historia.
Ser Harry Potter nunca ha sido tarea fácil, menos desde que se ha convertido en un ocupadísimo empleado del Ministerio de Magia, un hombre casado y padre de tres hijos.
Mientras Harry planta cara a un pasado que se resiste a quedar atrás, su hijo menor, Albus, ha de luchar contra el peso de una herencia familiar de la que él nunca ha querido saber nada. Cuando el destino conecte el pasado con el presente, padre e hijo deberán afrontar una verdad muy incómoda: a veces, la oscuridad surge de los lugares más insospechados.
Voy a comenzar a corregir y publicar las reseñas que tenía guardadas por meses sin animarme a concluirlas. Este libro lo leí el año pasado, empezándolo en el furor de su salida y terminándolo cuando otras novedades habían aplacado estas ansias y pasó a un segundo plano. Así que, veamos qué opino.
Como la mayoría de los fanáticos de la saga, el anuncio de la obra de teatro, que Rowling mencionó como la continuación de la historia de nuestro querido mundo mágico, me tomó por sorpresa y con una buena dosis de curiosidad. A esto se le sumó toda la controversia suscitada por varias razones (cada cual más ridícula que la anterior): la elección de actores y actrices para los personajes más conocidos, la elección del formado de guión para su distribución, que sea más comedia que drama, que personas se negaban a aceptarlo como una prosecución legítima... Durante los meses anteriores (y semanas posteriores) al estreno de la obra teatral, fui testigo de una horda de fanáticos con conexión a Internet que discutía a favor y en contra de todo mínimo aspecto habido y por haber.
¿Por qué mencionar esto? Creo que resultaría ingenuo quitar el factor hype a cualquier publicación orientada a un mundo más juvenil de lectores, y en este caso, que trascienda y deba 'complacer' a una variedad incómoda de grupos etarios.
Así, toda esa experiencia vivida a través de las redes sociales, donde llegué al punto de odiar a todo ser con conexión que se expresase (no todo era malo, pero comentarios sin fondo y carentes de argumentos inundaban los espacios y me hacían querer implosionar).
Creo que es importante recalcar ciertos aspectos sobre la lectura: Primero, y más importante, se trata del guión de una obra de teatro. Que raya más la comedia que el drama. Una producción teatral inglesa de comedia.
De manera que creo que resulta un poco obvio que lo que se encontrará no será parecido a los libros que pudieron marcar nuestra infancia.
Segundo, se enfoca en la siguiente generación, en Albus y Scorpius. Los otros personajes deben nutrir esta línea argumental, no protagonizarla.
Tercero, es sabido que la historia se desplegó mucho más allá de la autora, el tiempo pasó y los seguidores se dedicaron a delimitar y fortalecer a los personajes por sí mismos, de manera que su propia personalidad trascendió las barreras de las páginas.
Teniendo esto en consideración, comencemos. La historia se centra en la presión que siente Albus Potter, que ve su propia imagen continuamente menospreciada en relación a la grandeza que alcanzó su padre (y que parece igual de fácil de alcanzar para James), que sumado a la amistad que forja con Scorpius Malfoy, parece marcarle con un letrero de fracaso en la frente. Hechos arriba, hechos abajo, problemas familiares, malestares adolescentes y magia de por medio, los chicos hacen un desastre cuando viajan en el tiempo.
Ahora bien, debo admitir que existieron ciertas cosas decepcionantes, la personalidad de Ron que no parece desarrollada, la falta de ciertos personajes que incluso un repertorio acotado pudo/debió haber considerado (¿qué demonios le pasó a Teddy Lupin?), otros cuyas introducciones rayan lo inverosímil y requieres un momento para ordenar los acontecimientos en tu cabeza. Sí, y Rose Weasley, que sigue dando vueltas por mi cabeza sin conseguir adscribirse a alguna emoción.
Sujetándome a una de las mayores críticas, que posiblemente todos ustedes hayan leído; sí, existe un punto (que posee una marca en la obra) en que todo parece ser un fanfic... Y de aquellos un tanto cliché que deciden omitir algunos factores dramáticos relevantes y ciertos aspectos característicos de personajes entrañables... Todo se vuelve extraño y pierde completamente el atisbo de seriedad que pudo reunirse. Y esto me genera sentimientos encontrados: porque pude haber vivido sin estos sucesos, no era imprescindible en mi corazón descubrir este mundo alterno tan... peculiar; pero, por otra parte, funciona. Veamos, claro que no funciona leyendo, posiblemente por eso la mayoría de los lectores han quedado decepcionados de la sarta de cosas irreales que ha venido a decir el guión (¿cómo esperan que pensemos que la relación de Voldemort y Bellatrix era de esa manera?), pero hay que recordar que esto es teatro: de lo que he visto del juego de luces, del vestuario, de este contexto (teatro inglés contemporáneo, por el amor de Dios), la historia sí funciona, sí transmite.
¿Eso quiere decir que es un guión espectacular, una obra sublime que pasará por las generaciones? No, claro que no, pero sí se defiende. Y analizando que en sus meses fue la obra de teatro más vendida (creo que de todos los tiempos, me parece) no es de extrañar que incomode el formato: no somos lectores acostumbrados a leer obras teatrales, menos contemporáneas; no es cómodo, utiliza recursos distintos, tiempos y temporalidades diferentes, un doble papel entre que es leída e interpretada (pero siempre pensada para actuar). Con una narrativa de novela habría sido una basura, siguiendo la misma trama, pero actuada logra algo, y eso es un punto a favor.
Sigo encontrando hechos inconsistentes e inconsecuentes, pero nada del otro mundo. Quizá fue la alusión de la autora del mundo mágico a considerarlo una octava parte oficial al ser una línea tan diferente a la que estábamos habituados, incluso con un humor distinto... Sí, es conflictivo para el lector, así que yo le he tomado como una lectura más ligera, menos ligada a la línea estructural de nuestro famoso mago (que vamos, igual tiene una personalidad bastante extraña considerando varios hechos conocidos de la saga) porque, primero, no creo que se pueda (¡¿dónde está Teddy, de verdad?!) y segundo, porque no es necesario, porque recurrieron a recursos y artilugios diferentes, porque pertenecen a universos creativos distintos.
Así, con el tiempo pasado y pensando, fue, cuando menos, una lectura interesante (aunque si no disfrutas de lo peculiar y levemente ridículo dudo que puedas disfrutar de la obra).
3/5
Y, sí, le tengo cariño por Scorpius Malfoy; siempre supe que lo iba a amar, sólo que nunca sospeché cuánto y qué tan adorable sería, amor infinito para él 💓