Reseña "Tenemos que hablar de Kevin"

Título: "Tenemos que hablar de Kevin".

Título original: "We need to talk about Kevin".

Directora: Lynne Ramsay.

País: Reino Unido y EE.UU.

Duración: 122 minutos.

 Eva, una mujer satisfecha consigo misma, es autora y editora de guías de viaje. Casada desde hace años con Franklin, un fotógrafo que trabaja en publicidad, decide, con casi cuarenta años y tras muchas dudas, tener un hijo. Así nacerá Kevin. Pero, ya desde el principio, empiezan a surgir dificultades...

Ese es el mejor argumento que he podido encontrar. 

Una adaptación de la novela de Lionel Shriver, donde Kevin es un joven que se encuentra en la cárcel por un sórdido crimen que ha cometido y del que no parece arrepentirse.

Nos encontramos con una madre que es culpada por la sociedad y que se adentra en una retrospección para analizar qué hechos en la vida de Kevin lo habían llevado a aquel fatídico día.

Así, podemos ver a un niño que desde el principio destaca, especialmente por cierta animadversión hacia su madre. Podemos ver conductas que no parecen típicas de un niño: que no reaccione a los estímulos como los demás, que no haya aprendido a ir al baño hasta una edad tardía o su indiferencia hacia la mayoría de las cosas, y cuando va creciendo vemos como todo se convierte en una especie de juego gigante para el joven, que me ha hecho sentir como si las cosas tuviesen todo el sentido para él, y que somos nosotros los que no comprendemos las reglas de la competencia.

Sin haber leído el libro (del cual me acabo de enterar su existencia) puedo afirmar que me ha parecido una muy buena película, con un enorme factor sicológico y una condensación de diferentes componentes que la hacen, a mi entender, indispensable.

Bueno, Tilda Swinton no es mi actriz favorita, pero tengo que decir que su actuación como madre de Kevin me ha encantado. Sus expresiones y movimientos han sabido adaptarse a las situaciones y no existe ninguna mueca fuera de contexto en todo el film.

Por otra parte, esta es la primera vez que veo una actuación de Ezra Miller y tengo que decir que me he enamorado. En su papel como Kevin no sólo muestra una apariencia bastante andrógina que logra destacar, sino que lo que a mí me ha llamado la atención (y la razón por la cual me ha parecido perfecto en su papel) son los ojos del actor a lo largo de la película. Ese odio y resentimiento se ha visto claramente reflejado en sus ojos, tanto que me sorprende que sea una expresión estudiada o actuada. 

La fotografía ha sido muy buena, se ve una concordancia en toda la trama con los cuestionamientos que va desarrollando. Es una película llena de símbolos en donde predominan los colores rojo y blanco a lo largo de los minutos. Y en las escenas que pudieron haber parecido con menos contenido, la banda sonora ha sido fundamental. Cada nota ayuda a mantener la tensión, a prestar atención en los pequeños detalles que van acercándonos al cuestionamiento principal: ¿existe esa inocencia obvia en los infantes? ¿Ha nacido Kevin para cumplir su crimen o su vida tiene algo que ver?

Si bien es un final un poco predecible, creo que lograron llegar a él de forma bastante digna y sospecho (en realidad, quiero suponer) que ha sido más que nada para mantener cierto toque de la novela escrita en la que finalmente se basa. 

Como punto extra (lamento la entrada corta, pero he tenido un día dando vueltas) si no han visto esta película, les recomiendo no verla con sus amigos uno de esos días de aburrimiento donde se escogen unas tres al azar para pasar un rato divertido.

Considero que la película es de aquellas donde debes concentrarte, en las que el silencio es necesario y casi obligatorio, por lo que los comentarios sobre ella sólo serían bienvenidos una vez que terminó y se está comentando, y no durante.

  5/5

Sin ser experta en el tema creo que se merece todos los premios que ha recibido, con unas actuaciones que denotan talento y un guión que carece de relleno.