¿Cómo justificarme?

¡Hola, mis preciosos, inolvidables, encantadores y súper especiales blogger@s!

Esta entrada es improvisada y con un objetivo no muy claro, pero que intenta serlo... más o menos.

He decidido, aquí, mientras pensaba en las próximas reseñas de varios libros que me he leído, que necesito un poco de tiempo. No es una despedida, solo es un 'hasta pronto' que no tiene fecha definitiva. Aunque no serán unas vacaciones largas ─espero.

¿Por qué vengo y salto con la misma parrafada de siempre? Es simple: sucede que en estos últimos meses han estado sucediendo cosas en mi vida que no soy capaz de confesarles porque no tengo el valor. He de decirles que he intentado llevarlo de la mejor manera existente; sin embargo, cada vez mas se convierte en un peso del que no me puedo deshacer hasta no sé cuando, si les soy sincera, e incluso el blog se esta convirtiendo en algo imposible de sobrellevar. El estrés que todo esto me está causado, la fatiga continua y los dolores de cabeza, han hecho que tome la repentina y y hasta sorprendente decisión de alejarme por un tiempo.

Me encantaría contarles sobre mis problemas, en serio; no obstante, no lo hago porque no les tenga confianza ni mucho menos, únicamente que, como ya dije, no me creo capaz de confesarles cuando yo misma me averguenzo de mis actos.

 Tengo presente que fue hace solo una semana atrás cuando les prometí a tod@s los fieles seguidores que tenemos Cam y yo que volvería a mi ritmo habitual con el blog, y ─valga la redundancia─ se me hace imposible. Les pido disculpas a cada uno de ustedes y, asimismo a Cam (querida, lo siento de verdad. Quizás, si Diós quiere, hablemos pronto por ahí), y quiero que recuerden que esto no es un adiós...