Una de las cosas que más me sorprenden del ser humano es su capacidad de sentir.
Sentimos felicidad, rabia, tristeza, alegría, dudas. Miedo.
Derek es como aquellos chicos que se sientan solos en la mesa para cuatro al fondo de cualquier local, con una bebida cualquiera en la mano y una expresión en blanco. Aquellos que parece que se le han entumecido las emociones, que ya no pueden sentir nada; y si puedes ver sus ojos, los notas vacíos e inexpresivos, pero que si te fijas con atención puedes ver una pequeña llama pidiendo ayuda, suplicando por avanzar. Tengo que confesar que siempre me acerco a este tipo de personas, les hablo aunque solo reciba gruñidos, y puedo seguir con alguna clase de rutina absurda hasta que surja algo, tal vez rabia, que es mejor que nada. No lo hago por ellos, sino que el motivo es simplemente egoísta: siento que si ellos se detienen, yo también tengo que hacerlo, y no puedo permitir eso.
El escritor comienza la historia de una manera cruda, en esa parte del mundo que muchos desconocemos pero sabemos que existe, como si toda la mierda del mundo se condensara en un punto y terminara hartándonos de todo.
Hablar de la vida y la muerte es un tema bastante interesante: Mi profesor de Lengua solía decirnos, mientras presionaba un dedo contra nuestra frente, que todos tenemos un abismo, un límite que nos empujaría fácilmente al suicidio. Porque se nace para morir. Pero lo que hagamos en el transcurso de esas dos acciones es decisión de cada uno, podemos disfrutar, prolongar cada emoción al máximo para que cuando se termine la recordemos como un momento feliz, o quedarnos estancados en el pasado, negándonos a tomar las nuevas oportunidades.
Derek hace lo segundo, de alguna forma es un poco cobarde al refugiarse dentro de su egoísmo; pero es de esos cobardes a los que les tenemos un poco de cariño y respeto. ¿Y por qué? Porque todos hemos sido como él en algún momento.
Por eso parece tan real, porque puede ser lo único que tengamos en común con él, y a medida que pasan las hojas, podemos sentir esa rabia, ese malestar. Podemos ver como empieza a derretirse la capa hermética de "todo es una mierda" para que terminemos viendo sus secretos, sus dudas. Sus miedos.
Porque a fin de cuentas Derek es un humano como tantos otros encerrado en sí mismo.
Otro detalle que me parece interesante es la evolución que existe durante el libro. Me da la impresión de que esta gran perra a la que llamamos karma tomara a Derek y lo sacudiera un poco, haciendo que vuelva, que cuando está a punto de caer en su propia autodestrucción lo arrastra de vuelta a encontrar una respuesta. Lo hace sentir, estar vivo.
Tal vez no era la intención del autor, pero como no soy el protagonista, mi mirada puede variar un poco. De todas formas, esto logró dejarme una sonrisa en los labios al leer el final.
Podemos considerar "Encerrado" como una reflexión sobre la existencia en general. Con personajes versátiles, giros interesantes y que te deja pensando al final sobre tu propia cárcel de libertad.
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¿Quién sabe? La vida, de una manera u otra, nos obliga a vivirla.
Y la mayoría de las veces nos da como recompensa las aventuras más entrañables que podamos imaginar...
Es la primera vez que leo una reseña de este libro, y la verdad es que me ha llamado la atencion. Ahora mismo estoy en plena espiral frenetica, y no me parece un libro adecuado para estos momentos, pero lo apuntare para mas adelante. Besos!
ResponderEliminarHola, Xula. La verdad es que es un libro que te hace reflexionar. Creo que tiene la particularidad de lograr que te cuestiones cosas y desees hacerlas mejor. Este escritor tiene la particularidad que no importa realmente qué piense él mismo del mundo, deja una puerta abierta a lo que uno crea correcto
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