Reseña de "A tres metros sobre el cielo"

Título: "A tres metros sobre el cielo".

Título original: "Tre metri sopra il cielo".

Autor: Federico Moccia.

Páginas: 464.

En Roma, como en cualquier otra ciudad del mundo, los adolescentes quieren volar, buscan caminar "tres metros sobre el cielo". Las chicas como Babi se esmeran en sus estudios, hablan del último grito en moda y se preparan para encontrar el amor de sus vidas; los chicos como Step prefieren la velocidad, la violencia, el riesgo y la camaradería de las bandas, pero todos ellos se implican en la vida como si cada segundo fuera el último. Pertenecen a mundos distintos, desean cosas distintas pero tienen algo en común: el amor que les hará flotar y sostenerse, el amor que les hará encontrarse y cambiar. Ellas se volverán más salvajes; ellos más tiernos. Mientras, allí abajo, la vida real ya les reclama.

En el reto de 12 meses leyendo, la condición de este mes era leer un libro que tuviese adaptación al cine. No me decidía por ninguno, pero después pensé, ¿y si leo un libro del que nunca haya visto la película? Total, ¿por qué no?

La historia comienza con el primer encuentro entre Babi, quien va con su hermana y su padre a su instituto, y Step, quien toma el mismo camino con su moto. No fueron más que insinuaciones entre desconocidos (de parte de él) e indiferencia con ira reprimida (de parte de ella). Una serie de eventos azarosos hará que se terminen encontrando nuevamente... y a la fuerza.

Babi es la típica chica guapa y que viene de una "buena familia" adinerada y que tiene claro cuál es su lugar en el mundo. La verdad es que ella... no me ha gustado. No es que sea tonta o falta de personalidad, sino que me ha parecido desconsiderada e incapaz de ver más allá de su nariz. A ratos me volvía un poco loca cómo "manipulaba" las situaciones a su antojo. Creo que la mejor forma de decirlo es que se me antojó demasiado mimada.

Tal vez por eso no logré conectar con ella. 

Step por su parte, es un chico que vive en la parte "baja" de la ciudad. Se dedica a las carreras clandestinas de motos y a pequeños "robos" con sus amigos. Al principio odié este personaje, me parecía inmaduro y extremadamente irresponsable, además de obseso. No lo comprendía, especialmente porque a pesar que la narración fuese en tercera persona, en los primeros capítulos se centró exclusivamente y demasiado en Babi. Pero después conectas. Algo hizo 'clic' y sentí al personaje, no lo amé, pero me produjo una ternura que nunca esperé.

Aunque, en cierta parte, me molesta que no se hubiese centrado en él y su obvio problema de ira tanto como el carácter merecía. O sea, a ratos parecía no importante, pero lo es.

Podemos imaginarnos una versión humana de la dama y el vagabundo sólo que más violenta y con más secretos.

Los personajes secundarios... existieron algunos que estuvieron muy bien construidos y ocupados. Y otros que me parecieron innecesarios, apenas explotados y que bien pudieron haber nunca aparecido. Lo mismo con algunas escenas. Pudieron editarse porque no eran influyentes en la trama, a ratos uno se sentía que sobraban.

Una parte que me hubiese gustado se pusiera más énfasis, es en la violencia dentro de algunos grupos, la dureza y las peleas como forma de sacarlo todo afuera, mezcla de seriedad y broma, en ese caso Moccia nos entrega ambas perspectivas (de los polarizados protagonistas) contrapuestas. Algunas escenas realmente me sorprendieron por su crudeza y realismo, esto junto con la perspectiva de Step, que me quedaron como puntos flojos.

Sobre la forma de escritura, me gusto la forma de narrar que tiene Moccia. No me maravilló, pero tampoco está mal. Especialmente en los últimos capítulos (y en las últimas páginas) saca y exhibe todo el talento que tiene para demostrarnos la interioridad de los personajes, y los sentimientos, que son en los que se nutre la novela más que en los hechos.

El libro me gustó, pero esperaba algo más. Quedé como "bien, pero algo falta".

    3/5

De todas formas me animaré con la segunda parte. Y mañana les traigo una pequeña sorpresa.

Besos y cuídense