¡Hola, lectores de sótano! Hoy toca otro Dear Diary, ya la mayoría sabe de qué va el reto, así que no los voy a aburrir explicándolo de nuevo. La entrada original pueden leerla AQUÍ.
Vamos a quién le robaré la identidad por un ratito...
“El cielo azul está adornado por un sol inmenso, brillante y reconfortante. Un muchacho corre por el camino de arena, levantando polvo, con una rama en la mano, hasta que llega a un río”.
Querido diario:Hoy he vuelto a recorrer el camino al río. Hace años que no lo hacía, pero hoy he despertado con unas ganas que hace mucho no sentía, y de alguna forma no he querido desaprovecharlas.Es un día precioso, de esos que no importa cuán bien lo describas, seguirá siendo imposible encontrar todas las palabras, o al menos las necesarias. Lo mismo si tomara una foto, no pasaría de ser un reflejo de una realidad, no pasaría de ser una opaca interpretación del sol inmenso, del viento fresco que parece jugar entre mis extremidades, del olor de los abetos jugueteando en mi nariz.En definitiva, es uno de esos días en los que sienta mal seguir malhumorado.Fue extraño, llegando al borde cerca del camino de arena sentía que estaba fuera de lugar, como si el tiempo lejos me hubiese quitado el derecho, la propiedad de estar aquí; me sentía ajeno. Creo que en parte era por lo tenso de mis músculos, que contrastaba con el ambiente relajado, flojo; o puedo admitir que era porque me sabía diferente, más grande, más hastiado, ¿entiendes?Y eso te hace pensar en todo lo malo, preguntarte por qué tres años pesan tanto, por qué has dejado que tu lugar mágico se llenara de telarañas y terminara olvidándote. Por qué insistes tanto en crecer.Eché a correr. Me gustaría poder decir que fue por haber entendido, porque sentí la respuesta antes que la pregunta, pero no. Solo quería irme, quería salir, ¿y qué mejor que correr?Pero pasó algo distinto. Lo que al principio era ahogo, rabia, se convirtió en ligereza, como si cada paso dejara caer un pedazo del peso, y pronto me descubrí jugueteando con una rama caída, dibujando formas en el suelo, y después solo formando líneas por la velocidad de mi carrera, haciendo que el polvo se levantara detrás mío.Y para cuando llegué al río, me sentía más niño, menos adolescente, menos hormonas, menos responsabilidades, menos odiar a todo.Sigo siendo diferente, no soy iluso, pero siento que puedo hacerlo bien, que puedo dar los pasos correctos, o que los equivocados no lo van a ser tanto.No sé, hoy es un lindo día.Ah, y perdón por no haber escrito en tanto tiempo.
¡Besos y cuídense!
Está genial, la verdad que tienes una soltura para escribir impresionante, ya me gustaría a mí :)
ResponderEliminarUn besiño
¡Gracias! Espero seguir mejorando =)
EliminarBesos
Eso mismo me pasa a mi cuando paseo por un lugar verde o salgo de senderismo, rutas por la naturaleza... ¡Que no apetece seguir de mal humor!
ResponderEliminarTe quedó muy bonito, felicidades.
Un saludo!
¡Gracias! Me alegro que alguien pueda sentir algo parecido a pasear por algún lugar.
EliminarBesos y cuídate
Pues sí, la verdad es que transmite muy buen rollo :D
ResponderEliminarUn beso =)
¡Gracias, Leyna! Me alegra que te guste :3
EliminarBesos y cuídate