25/9/11

Concurso "The Picture Keys" - Relato no.6

A través del tiempo

 El amor, que fugaz y subjetivo es, teniendo presente que hay mucho tipos de amor, en esta historia nos estaremos refiriendo al amor romántico entre dos almas destinadas a estar juntas para siempre, esa persona que esperamos desde que sentimos la necesidad de tener a alguien en nuestras vidas, desde que nos sentimos solos, añorando su presencia en nuestros corazones, esa persona que es amada incluso antes de ser conocida, pero, ¿qué pasaría si esa persona, esa alma gemela, dejó de existir hace mucho tiempo, o va a existir muchos años después de que muramos, o aún peor, ya existe, pero está al otro lado del mundo? ¿Qué pasaría si nunca llegáramos a estar al lado de esa persona?
Ahí entre esas débiles y arrugadas manos yacía el único objeto que la hacía sentir viva, lo único que le recordaba que era humana. Aquel objeto de oro viejo, con un charm en forma de ala en oro y una cadena larga que caía a través de sus largos y blancos dedos, un guardapelo, más específicamente el único objeto que la acercaba a esa persona, a su alma gemela, que, en el caso de Alba, hace 200 años había muerto.
Ese guardapelo significaba el mundo entero para ella, lo había encontrado cuando solo tenía veinte años, ahora el tiempo había pasado sobre ella dejando su huella, marcándola de por vida, señas que nunca podrán ser borradas, pero ella recordaba ese día tal como si hubiese sido ayer.
Era un frío día de invierno, llovía tanto que parecía que el cielo iba a caer, ella vestía un hermoso vestido azul oscuro volado, con talle en la cintura y cuello recto, unas zapatillas negras, con tacón y punta redonda, su oscuro cabello peinado en un perfecto moño a mitad de su cabeza y sus labios tan rojos como el carmesí haciendo un perfecto contraste con sus ojos azules, bajaba del auto de sus padres elegantemente, uno de los guardaespaldas de su padre cubriéndola con un paraguas negro mientras ella, trataba de no mojarse caminando lo más rápido que podía hacia aquella gran mansión que su padre recién había adquirido.
Era sumamente antigua, su padre que era un hombre de gran fortuna, estaba algo obsesionado con las antigüedades, en el mismo momento que se enteró de que la gran mansión estaba a la venta, fue el primero en comprarla, una vez adentro, el agente de bienes raíces que la tenía a la venta les dio la bienvenida, y comenzaron el recorrido por la misma, necesitaba muchos arreglos, pero con el tiempo se harían, eso sí, nadie podía negar que era hermosa, era toda de madera, madera en perfectas condiciones, todo estaba en tonos primaverales, beige, café, amarillo, lo que le daba un sensación de calidez, aunque afuera estaba cayendo un diluvio estar ahí dentro hacía que se olvidara el exterior, todos los muebles eran de igual manera antiguos y de madera de cedro, tenía dos plantas, y las escaleras se encontraban al frente de la puerta de principal, grandes y majestuosas, abriéndose conforme se subía, y dos pasillos a ambos lados de esta, el agente después de hablar mucho, indicó que iban a seguir por el pasillo derecho, pero algo en la planta alta de la mansión llamaba a Alba, algo ahí quería su presencia, así que modestamente se disculpó y una vez que se hubieron ido, subió lentamente las escaleras, resbalando la palma de la mano, por los detalles grabados que tenía el pasamanos de las estas.
Cuando estuvo arriba, realizó que la majestuosidad que la mansión presentaba por fuera, no era nada comparada con cómo era por dentro, había una gran sala con varias pinturas hermosas, Alba no las entendía pero aún así las encontró muy lindas, a cada lado de la gran sala habían dos pasillos, ese algo que la impulsó a subir, también la impulsó a tomar el pasillo derecho, habían tan solo dos puertas en este, otra vez palpitaciones la hicieron tomar la puerta de la derecha que estaba en frente de la otra, con pasos vacilantes, haciendo eco en el espacio vacío, llegó hasta girar el plomo de la puerta, conforme esta se iba abriendo, la habitación se dejaba ver, era enorme, toda de madera también, una gigantesca cama exactamente en el medio,  una chimenea, varios muebles, y a ambos lados de la cama un par de mesitas de noche, Alba caminó lento hacia la cama y sentó en esta, miró a su alrededor y sintió ganas de llorar, este lugar era tan hermoso, seguramente guardaba tantos recuerdos, tantas historias, tantas vidas… Dirigió su mirada a la mesita de noche que estaba del lado en que ella estaba sentada, haló la gaveta hacía ella, abriéndola, y vio, decepcionada que no había nada dentro de esta, la dejó así y cayó de espaldas pesadamente sobre la cama, miró el techo que era de madera también, y vio que este tenía grabaciones, eran muchos dibujos, flores, sonrisas, árboles, caras, cuerpos, pero todo en conjunto, se dejaba ver como un gran espiral que llegaba exactamente al centro de la habitación, llegaba solo a un punto, tanto trabajo para solo llegar a un punto, después de analizar el dibujo un poco más, se levanto y miró una vez más dentro de la gaveta, por alguna razón le costaba mucho creer que estaba vacía, la miró detalladamente dio un par de golpes con su dedo índice flexionado y escuchó un vacio, no como si ahí acabara, si no como si hubiera un compartimento secreto debajo de esa tabla de madera que pretendía ser el final de todo, en el rostro de Alba se reflejó asombro y felicidad al descubrir este hecho, sacó la gaveta del todo de su estante, y la volteó sobre la cama, la tabla junto con un objeto de oro redondo cayeron en la superficie de la cama, Alba miró el objeto con asombro y realizó que era un guardapelo, era hermoso, y se notaba que era joyería muy fina.
Tuvo un intento fallido al abrirlo, lo intentó otra vez, para otra vez fracasar, estudió el guardapelo  y cayó en cuenta que para abrirlo era necesaria una llave, una muy diminuta llave, pero la mataba la curiosidad, moría por ver qué era lo que ese guardapelo escondía adentro.
Sintió un vínculo tan extraño hacia este, es que había un tipo de magnetismo que atraía el guardapelo hacia su corazón, sintió demasiado cariño hacia este, como si hubiera pertenecido a alguien muy especial. En ese momento alguien irrumpió en la habitación, de un rápido movimiento escondió el guardapelo en su regazo con ambas manos.
Señorita Aragón, la he estado buscando, sus padres esperan por usted –dijo el agente que parecía aliviado de haberla encontrado.
Claro, bajo en un momento –respondió Alba para seguir hablando después de un corto silencio –. ¿Sabe usted a quien perteneció esta casa originalmente?
Fíjese que es una historia bastante interesante, cuentan las malas lenguas que la propiedad la compró un joven carpintero, el muchacho no tenía donde caerse muerto, pero era excepcionalmente bueno en su trabajo, el mismo construyó la casa, toda, sin ninguna ayuda, lo que le dio la fama de buen carpintero que tenía, ganó tanto dinero que, según cuentan, al final no tenía donde guardarlo, así que lo enterró en el patio, varias personas, han cavado pero no han encontrado nada, otros dicen que toda la casa está llena de compartimentos secretos, donde el dinero está escondido, pero ambas son solo teorías, nadie lo sabe con certeza, en fin para continuar con la historia, en una ocasión un vendedor ambulante pasó por la cuidad, los que estaban ahí cuentan que el artículo más caro que el vendedor portaba era un guardapelo de oro, con una llave diminuta que lo abría, solo esa llave tenía ese poder, absolutamente nada más en el mundo podía abrir el guardapelo, el joven carpintero se obsesionó con el guardapelo, pero a pesar de toda su fortuna el joven estaba solo, entre todas las muchachas del pueblo, el no encontraba a nadie apropiado para compartir su fortuna, se dice que compró el guardapelo con el afán de dárselo a aquella que fuese su amor verdadero, su alma gemela, pero como nunca la halló, escondió el guardapelo, en uno de los compartimentos secretos de la casa, para que la que fuese su alma gemela lo encontrara y estuvieran juntos a través del tiempo, el carpintero murió solo, aquí en esta misma cama sin haber encontrado la persona apropiada para compartir su vida, la casa pasó a manos de su sobrino y ha ido de propietario en propietario hasta que doscientos años después ha llegado a manos de su familia señorita, espero que la disfrute.
Alba estaba sin habla, sus manos temblaban, y sudaba frío, su quijada tenía un ligero temblor, y estaba aún más pálida de lo que era, el hombre se levantó, e hizo un gesto con la mano, indicándole así a Alba que se levantara, tal como un zombie, esta así lo hizo, caminó con la mente en blanco hasta el auto de sus padres, aún con el guardapelo fuertemente asido en sus manos
Cuando llegó a casa, supo por fin porque tenía que subir hasta ahí y encontrar aquel guardapelo, aquel joven carpintero era su alma gemela, aquel que estaba destinado a estar con ella para toda la eternidad, una fuerte tristeza inundó su corazón al realizar en que nunca tendría la dicha de ver a aquel hombre a los ojos, de tocar su piel, de sentir el suave contacto de sus labios en contra de los suyos, de sentir sus manos recorriendo todo su cuerpo, de entregarse a él tanto en alma y corazón, como en cuerpo, ella nunca podría hacer nada de eso, pero el amor vence todo, incluso una barrera de doscientos años, ella no dejaría de amarlo simplemente porque el ya no estaba con ella, no, si él era el indicado, si esos dos corazones compartían un vínculo a través del tiempo, no sería ella lo que lo rompería, si él no amó a nadie más, si él no se entregó nadie más, esperándola a ella, aunque haya llegado un poco tarde, tampoco la haría ella, lo amaría a través del tiempo tal como lo hizo el.
Después de ese día, el tiempo pasó, y Alba tal y como resolvió ese día, no amó a nadie más, y continuó pensando en aquel hombre, que aún con doscientos años de muerto, le robaba suspiros, solía sentarse tardes enteras a imaginar como hubiera sido su vida con él, la boda, muchos niños corriendo por toda la casa de madera, felicidad y más felicidad, eso era todo lo que podía pensar, hasta las peleas que hubieran tenido, podía imaginar, y como las resolvían, hubiera sido todo tan perfecto.
Alba necesitaba encontrar la llave del guardapelo ella necesitaba saber que había dentro de ese, y si era cabello, como su nombre lo dice, estaría sumamente contenta de tener en sus manos algo de él. A través de los años, puso al revés la gran mansión de madera sin resultado alguno, y ahora sesenta años después del hallazgo de su alma gemela, había encontrado aquella llave, era un día lluvioso tal y como aquel día, ella estaba sentada en la misma cama, en la misma posición  que hace sesenta años, mientras carpinteros modernos hacían una pequeñísima inquisición en los dibujos grabados en el techo.
Aquel diminuto punto en medio de toda la vida que estaba grabada en el aquel techo, ahí era donde la, también, diminuta llave se encontraba, ella esperaba ansiosa con el guardapelo en sus manos, ya envejecida y maltratada por los años, pero aún amando como el primer día a aquel humilde carpintero que la había amado con la misma intensidad que ella a él, después de haber casi desarmado la casa, Alba cayó en cuenta que el único lugar donde no había buscado era aquel, casi insignificante punto, e inmediatamente supo que era ahí donde estaba aquella llave que la haría descansar.
Cuando por fin la pusieron en sus manos, lágrimas caían sin cesar de los azules ojos de Alba, con mano temblorosa tomó la llave en la mano derecha y el guardapelo en la izquierda y ahora después de tantos años, abrió el guardapelo y vio dentro de él un mechón de pelo rojizo y ensortijado, era el pelo de su él, de el amor de su vida, de su alma gemela.
Tomó el mechón de pelo en su mano y lo apretó fuerte, lo llevó a su pecho y lo sostuvo ahí tan cerquita de su corazón, sabiendo que eso era lo más cerca que ambos alguna vez llegarían a estar.

FIN

¡Y estos son todos los relatos! Como se habrán dado cuenta, hay diferentes generos: romántico, misterio, fantásticos...

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Besotes y se nos cuidan!

1 comentario :

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