Mostrando entradas con la etiqueta Carlos Ruiz Zafón. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Carlos Ruiz Zafón. Mostrar todas las entradas

7/10/16

Frases Inolvidables (21)



¡Hola, lectores! La verdad es que tenía muchas ganas de compartir más frases con ustedes, y aunque en esta ocasión algunos puedan ser párrafos enteros, créanme que todos ellos valen la pena. En esta ocasión es el turno del último libro reseñado, El juego del ángel de Carlos Ruiz Zafón.

*Puede contener spoilers de la historia.


Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio. 
Página 9.


Tráigame una historia, no un discurso. Si quiero sermones, iré a la misa del gallo. Tráigame una historia que no haya leído antes y, si ya la he leído, tráigamela tan bien escrita y contada que no me dé ni cuenta.  
Página 14.



–Me dice la enfermera que usted es escritor, aunque veo aquí que al rellenar el cuestionario de ingreso puso que era mercenario.
–En mi caso no hay diferencia alguna.
–Creo que alguno de mis pacientes es lector suyo.
–Confío en que el daño neurológico causado no haya sido permanente. 
Página 118.


Todo es un cuento, Martín. Lo que creemos, lo que conocemos, lo que recordamos e incluso lo que soñamos. Todo es un cuento, una narración, una secuencia de sucesos y personajes que comunican un contenido emocional. Un acto de fe es un acto de aceptación, aceptación de una historia que se nos cuenta. Sólo aceptamos como verdadero aquello que puede ser narrado.  
Página 187.


Me ayudará usted porque quiere vivir, porque no le importa el precio ni las consecuencias, porque no hace mucho se sabía a puertas de la muerte y ahora tiene usted una eternidad por delante y la oportunidad de una vida. Me ayudará porque es usted humano. Y porque, aunque no lo quiere aceptar, tiene fe.  
Página 263.


¿Sabe lo mejor de los corazones rotos? (...) Que sólo pueden romperse de verdad una vez. Lo demás son rasguños.  
Página 285.


Ah, intelectuales. Y usted quería que contratase a uno. ¿Por qué será que cuanto menos tiene que decir alguien lo dice de la manera más pomposa y pedante posible? ¿Será para engañar al mundo o a sí mismos? 
Página 289.


La envidia, la codicia o el resentimiento que nos mueven quedan santificados, porque nos decimos que actuamos en defensa propia. El mal, la amenaza, siempre está en el otro. El primer paso para creer apasionadamente es el miedo. El miedo a perder nuestra identidad, nuestra vida, nuestra condición o nuestras creencias. El miedo es la pólvora y el odio es la mecha. El dogma, en último término, es sólo un fósforo prendido. 
Página 374.


Uno de los primeros recursos propios del escritor profesional que Isabella había aprendido de mí era el arte y la práctica de procrastinar. Todo veterano del oficio sabe que cualquier ocupación, desde afilar el lápiz hasta catalogar musarañas, tiene prioridad al acto de sentarse a la mesa y exprimir el cerebro.  
Página 412.


La gente normal trae hijos al mundo: los novelistas traemos libros. Estamos condenados a dejarnos la vida en ellos, aunque casi nunca lo agradezcan. Estamos condenados a morir en sus páginas y a veces hasta a dejar que sean ellos quienes acaben por quitarnos la vida.  
Página 467.


¿Puedo al menos acompañarle al tren o a lo que sea? (...) Para asegurarme que se va de verdad y que me he librado de usted para siempre.
Página 652. 


¿Qué les han parecido? ¿Alguna les ha gustado?
 

5/10/16

Reseña de "El juego del ángel"

Título: "El juego del ángel".
Autor: Carlos Ruiz Zafón.
Serie: 2° - El cementerio de los libros olvidados.
Páginas: 667.

En la turbulenta Barcelona de los años 20 un joven escritor obsesionado con un amor imposible recibe la oferta de un misterioso editor a cambio de una fortuna y, tal vez, mucho más. 

Después de terminar La sombra del viento quedé con ganas de saber más sobre el cementerio de los libros olvidados. Tardé bastante en encontrar este libro en la misma edición que el primero y aún más en ponerme, por fin, a la tarea de leerlo... y mucho más en reseñarlo, pues lo habré terminado hace unos tres meses.

El juego del ángel, a pesar de presentarse como un libro autoconclusivo que no requiere de la previa lectura de su antecesor, nos sitúa en los mismos espacios conocidos de Barcelona, sólo que en este caso retrocedemos en el tiempo y nos encontramos en los 20. 

Aquí se nos presentará a David Martín, un chico de los recados (a pesar de sus débiles intentos de periodista) de un periódico local que tiene por sueño llegar a ser un escritor... de renombre. Entre los tímidos inicios, pseudónimos, literatura que no llena y autocrítica, se enamorará y, en medio de este amor imposible, se contactará con él un admirador para ofrecerle la oportunidad de escribir un libro como ninguno antes visto a cambio de una fortuna. Mitad delirio, mitad esperanza, David acepta. 

Bien, si en su entrega anterior se nos presentaba una historia de amantes de la literatura, de libreros, en esta ocasión nos sumergimos de lleno en el drama de un escritor: seremos testigos de cada duda, cambio y temor que suscite no sólo su vida personal, sino que la relación con el mundo de las letras. 

Al principio me sorprendió la misma prosa que el anterior, me delimitó personajes y me presentó ante situaciones en las cuales me creía toda la narración. A pesar de sus tintes depresivos, David Martín había logrado configurarse como un protagonista a la vez interesante como desmarcado del anterior, se redondeo junto a otros personajes que aparecieron en esta primera parte y nos sumergimos en su historia con gusto y curiosidad.
Era una gran historia, nos dejaba contextualizados con todos los hechos anteriores que logran que David acepte una propuesta tan poco clara, nos da pequeños atisbos que parecen pistas para hacer que desaparezcan frente a nuestros ojos y logra que devoremos las páginas sin saltarnos ni una letra porque su ritmo se complemente con la narrativa tan bien, la redacción es tan cuidada, que no existen estorbos incluso en aquellas escenas que parecen sólo servir como intermedio.

Pero surge un momento en que se estanca. Los bordes de los personajes se comienzan a desdibujar de manera que sus acciones ya no tienen sentido incluso dentro del giro de la historia, empiezas a perder poco a poco la empatía y ya no juegas a la verosimilitud, empiezas a cuestionar más de lo que deberías. 

Los nuevos personajes que introduce no logran calar y los que deberían haber presentado algo más se desinflan, la lírica se empieza a hacer pesada y su contacto con el libro anterior ya no es el guiño a los Sempere, sino un calco de la trama anterior donde empiezas a rellenar los espacios vacíos y todo se cae por si mismo... 

Pero creo que el mayor problema fue el final. No me molestó el juego de realidades con La sombra del viento, pero sí que el final me haya dejado algo estática, aburrida, indiferente.



  3/5

Le pongo tres y no dos sólo porque mantengo mis ganas de leer el siguiente libro para desentrañar los nuevos misterios. 

23/12/15

Frases Inolvidables (16)



¡Hola, lectores! Aww... Navidad está tan cerca, ¿y adivinen qué significa eso? ¡Que por fin logré salir de vacaciones! *Confeti de felicidad por haber sobrevivido al primer año de universidad*. Ahora, como estaré incomunicada en el campo pero no quiero dejar de publicar porque por fin tengo tiempo de hacerlo... Dejaré un par de entradas programadas (empezando por esta... Si están leyendo esto, todo salió bien) y espero que pasen unas felices fiestas.

Hoy les quiero dejar unas cuantas frases del último libro reseñado, La sombra del viento, que en lo personal, creo que incluso fuera de contexto producen algo en tu interior. ¡Vamos a verlas!


Me crié entre libros, haciendo amigos invisibles en páginas que se deshacían en polvo y cuyo olor aún conservo en las manos.
Daniel, página 18.

 En una ocasión oí comentar a un cliente habitual de la librería de mi padre que pocas cosas marcan tanto a un lector como el primer libro que realmente se abre camino hasta su corazón. Aquellas primeras imágenes, el eco de esas palabras que creemos haber dejado atrás, nos acompañan y esculpen un palacio en nuestra memoria al que tarde o temprano –no importa cuántos libros leamos, cuántos mundos descubramos, cuánto aprendamos u olvidemos–, vamos a regresar.
Daniel, página 23.

 Los pueblos no se miran nunca en el espejo, y menos con una guerra entre las cejas.
Papá de Clara, página 38.

 Hubo un tiempo, de niño, en que quizá por haber crecido rodeado de libros y libreros, decidí que quería ser novelista y llevar una vida de melodrama.
Daniel, página 49.

 Una de las trampas de la infancia es que no hace falta comprender algo para sentirlo.
Daniel, página 54.

 Este mundo no se morirá de una bomba atómica como dicen los diarios, se morirá de risa, de banalidad, haciendo un chiste de todo, y además un chiste malo.
Fermín, página 135.

 –Julián vivía en sus libros. Aquel cuerpo que acabó en la morgue era sólo  una parte de él. Su alma está en sus historias. En una ocasión le pregunté en quién se inspiraba para crear sus personajes y me respondió que en nadie. Que todos sus personajes eran él mismo.
 –Entonces, si alguien quisiera destruirle, tendría que destruir esas historias y esos personajes.
Nuria y Daniel, página 209.

 Alguien dijo una vez que en el momento en que te paras a pensar si quieres a alguien, ya has dejado de quererle.
Daniel, página 214.

–¿Y cómo me ves tú a mí?
–Como un misterio.
–Ese es el cumplido más raro que me hayan hecho nunca.
–No es un cumplido, es una amenaza.
–¿Y eso? –Los misterios hay que resolverlos, averiguar qué esconden
Bea y Daniel, página 215.

–Pues bien, esta es una historia de libros.
–¿De libros?
–De libros malditos, del hombre que los escribió, de un personaje que se escapó de las páginas de una novela para quemarla, de una traición y de una amistad perdida. Es una historia de amor, de odio y de los sueños que viven en la sombra del viento.
Daniel y Bea, página 217.


El tren había empezado ya a deslizarse por el andén cuando Julián se volvió para despedirse de su amigo. Miquel Moliner le contemplaba desde el andén con las manos hundidas en los bolsillos.
–Escribe –dijo.
–Tan pronto como llegue te escribiré –replicó Julián.
–No. A mí no. Escribe libros. No cartas.
Miquel y Julián, página 337.


La gente te mira con asco, incluso los que te dan limosna, pero eso no es nada comparado con la repugnancia que uno se inspira a sí mismo. Es como vivir atrapado en un cadáver que camina, que siente hambre, que apesta y que se resiste a morir.
Fermín, página 387.

 Las guerras no tienen memoria y nadie se atreve a comprenderlas hasta que ya no quedan voces para contar lo que pasó, hasta que llega el momento en que se las reconoce y regresan, con otra cara y otro nombre, a devorar lo que dejaron atrás. 
Nuria, página 507.

 En los autobuses o en la calle me sorprendía mirando a otras mujeres más jóvenes que yo con niños de la mano. Parecían felices, o en paz, como si aquellos pequeños seres, en su insuficiencia, llenasen todos los vacíos sin respuesta. Entonces me acordaba de días en los que, fantaseando, había llegado a imaginarme como una de aquellas mujeres, con un hijo en brazos.
Luego me acordaba de la guerra y de que quienes la hacían también habían sido niños.
Nuria, página 511.


¿Qué les han parecido las frases? Espero que les hayan gustado y nos leemos pronto

19/12/15

Reseña de "La Sombra del Viento"




 Título: "La sombra del viento".
Autor: Carlos Ruiz Zafón.
Serie: 1° - El cementerio de los libros olvidados.
Páginas: 575.

Un amanecer de  1945, un muchacho es conducido por su padre a un misterioso lugar oculto en el corazón de la ciudad vieja: El Cementerio de los Libros Olvidados.
Allí, Daniel Sempere encuentra un libro maldito que cambia el rumbo de su vida y le arrastra a un laberinto de intrigas y secretos enterrados en el alma oscura de la ciudad.

Tengo una vaga impresión, que casi parece un recuerdo, de estar sobre mi estómago armando un puzzle encima de una alfombra mientras alguien leía en voz alta unos pasajes de este libro, con esa voz que usamos cuando nos olvidamos que hay alguien más con nosotros, fuerte pero poco clara donde se entienden las palabras, pero la trama se escapa por entre los dedos y termina importando poco, la verdad.
Siempre había sentido algo de atracción por este libro, pero nunca me había animado a comprarlo, hasta una visita que realicé hace unos meses a la librería que frecuento y donde, al no llamarme la atención ninguna de las novedades, pero sin querer irme con las manos vacías, por fin me decidí por él.

La historia transcurre en Barcelona. Daniel es hijo de un librero que, a la tierna edad de diez años, conoce el Cementerio de los Libros Olvidados y le permiten llevarse un libro. Desde entonces, los misterios alrededor del escritor, las historias que se entrecruzan y la realidad del crecimiento de Daniel de niño a hombre es lo que se desarrolla en el libro.
Ese día, cuando comencé a leer, la historia me gustaba pero me mantenía flotando entre otras cosas, hasta un momento en que, repentinamente, me noté por completo sumergida en la trama y devorando las oraciones.

 Lo que me ha gustado del libro, más que la narrativa (que me gustó, pero no le encontré nada increíble) fue la estructura, cómo se tejían los hechos para que todo cree un gran rompecabezas, el momento en que surgían. 
El misterio que envuelve toda la historia y las acciones. No sé si lo he mencionado con anterioridad en alguna reseña, pero de mis tiempos de niña cuando veía Escuela de Detectives, Detective Conan y símiles, me ha quedado la costumbre de atar cabos y casi siempre descubro los misterios rápido (en especial cuando los autores ponen pistas obvias en un esfuerzo por darle coherencia al misterio), pero en este caso no. En el nombre del viento me ha sorprendido capítulo por capítulo, me ha emocionado y al final, desenvolvió un secreto lógico que no logré des-cubrir hasta que fue anunciado en la novela.

Los personajes, redondos. Es por medio de ellos que se puede vislumbrar la historia de España poco después de Franco, y las secuelas que dejó su dictadura por el país. En ellos, es fácil producir emociones al lector: que te agraden, que los odies, que los extrañes aunque nunca aparecieron como tal en el libro. Te hace sentir, genera cosas en tu interior. 
El desarrollo de los mismos es paulatino, les ves crecer de a poco, traspasas con ellos los años y cuando terminas, te queda la impresión de no ser la misma persona y de que han pasado bastantes años desde ayer.

Sobre la trama en sí, sobre lo que tiene el libro por ofrecer, creo que nuestro protagonista lo resume muy bien: 
Pues bien, ésta es una historia de libros (...). De libros malditos, del hombre que los escribió, de un personaje que se escapó de las páginas de una novela para quemarla, de una traición y de una amistad perdida. Es una historia de amor, de odio y de los sueños que viven en la sombra del viento.


  5/5

¿Qué puedo decir? Carlos Ruiz Zafón me ha enamorado y no puedo esperar por leer el segundo y tercero ya publicados.